viernes, 12 de febrero de 2010

El cerebro humano

El cerebro humano es el órgano en el que se elaboran las facultades intelectuales que diferencian al hombre del resto de los seres vivos, el pensamiento creador, la memoria, la capacidad de análisis y síntesis, además de los sentimientos, las emociones y la voluntad.
Coincide con el cerebro de los demás animales en su capacidad de exploración y comprensión vital del mundo que nos rodea, en sus acciones instintivas de mantenimiento de la especie, pues con él se comunican: El Sistema Nervioso de Relación, que recibe las informaciones a través de los sentidos y maneja la capacidad motriz del ser vivo, y el Sistema Neurovegetativo, que las recibe del funcionamiento del mismo organismo, siendo capaz de su regulación automática.
En el adulto el cerebro pesa menos de un kilo y medio y froma parte del Sistema Nervioso Central, junto con los pedúnculos cerebrales, el bulbo raquídeo, el cerebelo y la médula ósea, conjunto de órganos encargados de ponernos en relación con el medio que nos rodea.
Como es un órgano muy delicado la naturaleza le brindó protección adecuada, resguardándolo por medio de los huesos del cráneo y por tres membranas que lo envuelven que reciben el nombre de meninges, entre ellas está el líquido cefalorraquídeo que lo aisla de peligros externos, le permite una nutrición adecuada y le sirve además para amortiguar golpes y sacudidas.
El cerebro trabaja en todo momento porque se mantiene comunicado con todo el cuerpo por un sistema compuesto de células nerviosas o neuronas. Estas son células muy perfeccionadas, constituidas por un pequeño cuerpo rodeando a un gran núcleo y prolongaciones de su membrana a modo de ramificaciones llamadas dendritas, que le sirven para comunicarse con grupos celulares vecinos, y una larga prolongación de varios centímetros llamada axón.
Hasta durante el sueño el cerebro recibe y transmite cerca de cincuenta millones de mensajes nerviosos por segundo, asegurando así, por ejemplo, que se mantenga la oxigenación pulmonar, el funcionamiento correcto del corazón, etc. Esta tarea incesante le demanda mucho esfuerzo y precisa mucho alimento, por ello es que consume el 25% del oxígeno que transporta la sangre. Cuando esta provisión es insuficiente es que se producen mareos o pérdidas de conciencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario