viernes, 1 de enero de 2010

El Paleozoico

Las primeras plantas y animales pluricelulares surgieron hace aproximadamente 800 millones de años. Las glaciaciones registradas a lo largo de los siguientes 200 millones de años dieron paso a un clima benigno, permitiendo que las especies se multiplicaran de extraordinaria manera.
Así, dentro de la escala de tiempos geológicos, aparece la era Paleozoica o Primaria.
Durante el Período Cámbrico, la primera división del Paleozoico, aparecen las esponjas, los gusanos, los moluscos y los artrópodos, quedando formados de esta manera los principales grupos de animales invertebrados.
En el siguiente período, el Ordovicio, se hicieron abundantes los trilobites y los corales, mientras que aparecían también las primeras formas de vertebrados marinos (peces sin mandíbulas).
La tercera división de la Era Primaria, el Silúrico, estuvo marcada por la abundancia de algas marinas y de peces (algunos ya con mandíbulas), así como por la existencia de miriápodos y de plantas vasculares con conductos internos para la circulación de agua y nutrientes en el medio terrestre.
La aparición de nuevas tierras, altas cordilleras y grandes lagos marcó al siguiente período, llamado Devónico, en el cual se multiplicaron las formas de vida en las tierras emergidas, mostrándose, por ejemplo, los más primitivos insectos y anfibios; estos últimos, como una evolución de los peces pulmonados, capaces de respirar y de desplazarse fuera del agua.
En el Carbonífero, las especies vegetales adquirieron enorme tamaño y variadas formas. Fue en este momento, además, cuando crecieron las primeras coníferas, dando lugar a espesas selvas que serían responsables de la formación del carbón mineral. La existencia de un clima pantanoso, húmedo y cálido favoreció la multiplicación de múltiples especies de insectos y anfibios. De un grupo de éstos evolucionarían los reptiles, los primeros seres que depositaron sus huevos fuera del agua y que, gracias al desarrollo de una articulación occipital, pudieron mover sus cabezas.
Durante el Pérmico, el último período del Paleozoico, los desiertos y las montañas sustituyeron a los bosques y pantanos. Este cambio climático y ambiental provocó el retroceso de los animales que dependían del agua y benefició a aquellos que, por su evolución fisiológica y reproductiva, se habían adaptado mejor a la vida terrestre: los reptiles y los insectos.
De entre los grupos de reptiles surgidos a finales de la era Paleozoica destacan los terápsidos, antepasados de los mamíferos, animales terrestres con grupos tanto de carnívoros como de herbívoros, que, a diferencia del resto de los reptiles, desarrollaron poco a poco la capacidad de regular la temperatura interna de su cuerpo. A finales del Pérmico, no obstante, una catástrofe acabó con numerosas especies vegetales y animales del planeta, y , junto a éstas, se extinguieron la mayor parte de los terápsidos.

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