miércoles, 6 de enero de 2010

La Batalla de las Termópilas

La Batalla de las Termópilas se llevó a cabo en Agosto o Septiembre del 480 a.C. durante tres días, entre una alianza de ciudades-estado griegas, lideradas por Esparta, y el Imperio Persa de Jerjes I. Ocurrió en el paso de las Termópilas, al mismo tiempo que la batalla naval de Artemisio.
La expansión griega por el Mediterráneo llevó a crear colonias en las costas de Asia Menor, ubicadas en territorios controlados por el Imperio Persa. Los colonos se sublevaron contra el poder imperial y obtuvieron algunas victorias al comienzo, pero conocían su inferioridad ante el Imperio, por lo que pidieron ayuda a los griegos continentales. Los espartanos se negaron, pero obtuvieron el apoyo de los atenienses, dando comienzo así a las Guerras Médicas.
El rey Darío I comenzó a preparar entonces una misión, la que comenzó con un ataque sobre Naxos y la posterior sumisión de las Cícladas. Finalmente, se dirigió hacia Atenas y desembarcó en la bahía de Maratón, donde se produjo el enfrentamiento de ambos ejércitos en la batalla de Maratón. El ejército persa tuvo que retirarse cuando fue vencido.
Tras la derrota, Darío reaccionó comenzando a reclutar un nuevo ejército de gran tamaño para invadir Grecia, pero al fallecer la planificación pasó a su hijo Jerjes I. Los atenienses también se habían estado preparando para afrontar una guerra contra Persia. Finalmente, en el 482 a. C. se tomó la decisión, bajo la guía del estadista ateniense Temístocles, de construir una gran flota para poder enfrentarse a los persas. Mas los atenienses carecían de la capacidad y la población suficiente para enfrentarse al enemigo en tierra y en el mar al mismo tiempo, así que necesitaron aliarse con otras ciudades-estado griegas.
Temístocles sugirió una estrategia a la ya conformada alianza, la que exigía que el ejército de Jerjes atravesase el estrecho paso de las Termópilas, que podía defenderse con los guerreros a pesar del superior número de soldados persas. Además, los navíos atenienses y aliados podrían bloquear el estrecho de Artemisio.
Leónidas I, rey de Esparta,llevó consigo a 300 hombres de la guardia real, así como a un número mayor de tropas de apoyo procedentes de otros lugares. La expedición intentaría agrupar el mayor número posible de aliados sobre la marcha y esperar a la llegada del ejército espartano principal. Jerjes, entonces, envió un emisario para negociar con Leónidas. Éste ofreció a los aliados su libertad, indicándoles que serían asentados en tierras más fértiles que las ocupadas en ese momento. Al fracasar la negociación, Jerjes retrasó el ataque algunos días, esperando que los aliados se dispersasen por temor ante la diferencia de tamaño entre los ejércitos.
Al amanecer del tercer día, Jerjes realizó una oración y luego comenzó el avance. Los aliados llegaron más allá de la muralla para hacer frente a los persas en la zona más ancha del paso, intentando incrementar las bajas que pudieran infligir al ejército persa. Lucharon hasta que todas sus armas se destruyeron, encontrando la muerte en manos de la lluvia de flechas de los persas. Con las Termópilas abiertas al paso del ejército persa, resultó ya innecesario continuar el bloqueo de Artemisio.
Tras atravesar las Termópilas, el ejército persa prosiguió su avance, saqueando e incendiando Platea y Tespias, para luego marchar sobre la ciudad de Atenas, que ya había sido evacuada por aquel entonces. Los ejércitos de Jerjes causaron serios daños a las ciudades griegas y muchas de ellas fueron arrasadas.

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